Gandara bien gracias...
"El cochi" nuevo jefe de policia...
Que suene la registradora...
Miente Arce Fierro...
Martín Vallejo González
Sería bueno que el alcalde ordene una investigación para saber que hay de cierto de que la Dirección de Seguridad Pública Municipal esta contratando policías de otras partes del estado, algunos de ellos despedidos por dar positivo al consumo de drogas.
Entre las recientes adquisiciones se encuentra Juan Pedro Figueroa, alias El Cochi, ex policía de Nogales que en esta capital ya cobra como jefe de uno de los grupos preventivos.
Al igual que El Cochi, policías de otras partes de Sonora, mismos que en esta ciudad no conocen ni la ruta para llegar a sus casas, ya ocupan puestos de mando en bases foráneas, situación que tiene encabritados a oficiales que han sido relegados sin darles la oportunidad de demostrar que saben trabajar en bien de la comunidad y no de los mañosos.
Lo anterior en cualquier momento podría provocar fuertes dolores de cabeza al munícipe Ernesto Gándara Camou, quien al arranque de su administración tuvo que lidiar con sonoras inconformidad de los uniformados, quienes incluso se vieron obligados a cerrar calles para ser escuchados.
Ramsés Arce Fierro, quien ya luce el uniforme de Jefe de la Policía Municipal de Hermosillo, miente al decir que los cambios realizados durante la semana pasada fueron en base a un análisis exhaustivo.
De igual forma miente a los hermosillenses y al alcalde cuando asegura que los nuevos nombramientos se dieron en base al desempeño y cuestiones de jerarquía, pues privilegió a personal de reciente ingreso y relegó a comandantes que en verdad conocen la forma de combatir la inseguridad que a diario padecen los capitalinos.
El jefe policiaco manifestó recientemente que los movimientos al interior de la corporación seguirán de forma sorpresiva para evitar que se caiga en vicios y malas mañas, vicios y mañas siguen con él al frente de la institución.
Dijo que desde su arribo a la corporación dejó muy en claro que los cambios no estarían fundamentados al azar, ni mucho menos por dedazo o compadrazgo, sino más bien a cuenta de resultados y efectividad de la comisión asignada, por lo que debe explicar porqué permitió que Luis Héctor Burruel Camou, quien todavía cobra como jefe del Departamento de Tránsito, pusiera como titular de la Dirección de Autotransporte Municipal a su compadre Jaime Everardo Piri, considerada como la caja chica del regordete funcionario.
Si eso no es compadrazgo y amiguismo, Arce Fierro debe explicar entonces que de que se trata.
Arce Fierro ha dicho que busca no crear la permanencia en los puestos asignados, lo que puede crear vicios o malas mañas que hagan que se tengan compromisos con alguien en especial, pero tiene como jefe de la Central 22 al suboficial Francisco Javier Galaviz Arredondo, quien ya va por su segunda velita como mandamás preventivo en la comunidad de San Pedro, refugio de narcotraficantes.
El grandulón no ha tenido empacho en reconocer que trajo a sus amigos para colocarlo en puestos de mando, tal como ha ocurrido en las centrales de la Costa de Hermosillo, área conocida como ruta de trasiego de todo tipo de drogas que es desembarcada en las inmediaciones de Bahía de Kino y otras playas.
Todo parece indicar que los cambios tienen como objetivo que la registradora timbre más seguido.
Sería bueno que el alcalde ordene una investigación para saber que hay de cierto de que la Dirección de Seguridad Pública Municipal esta contratando policías de otras partes del estado, algunos de ellos despedidos por dar positivo al consumo de drogas.
Entre las recientes adquisiciones se encuentra Juan Pedro Figueroa, alias El Cochi, ex policía de Nogales que en esta capital ya cobra como jefe de uno de los grupos preventivos.
Al igual que El Cochi, policías de otras partes de Sonora, mismos que en esta ciudad no conocen ni la ruta para llegar a sus casas, ya ocupan puestos de mando en bases foráneas, situación que tiene encabritados a oficiales que han sido relegados sin darles la oportunidad de demostrar que saben trabajar en bien de la comunidad y no de los mañosos.
Lo anterior en cualquier momento podría provocar fuertes dolores de cabeza al munícipe Ernesto Gándara Camou, quien al arranque de su administración tuvo que lidiar con sonoras inconformidad de los uniformados, quienes incluso se vieron obligados a cerrar calles para ser escuchados.
Ramsés Arce Fierro, quien ya luce el uniforme de Jefe de la Policía Municipal de Hermosillo, miente al decir que los cambios realizados durante la semana pasada fueron en base a un análisis exhaustivo.
De igual forma miente a los hermosillenses y al alcalde cuando asegura que los nuevos nombramientos se dieron en base al desempeño y cuestiones de jerarquía, pues privilegió a personal de reciente ingreso y relegó a comandantes que en verdad conocen la forma de combatir la inseguridad que a diario padecen los capitalinos.
El jefe policiaco manifestó recientemente que los movimientos al interior de la corporación seguirán de forma sorpresiva para evitar que se caiga en vicios y malas mañas, vicios y mañas siguen con él al frente de la institución.
Dijo que desde su arribo a la corporación dejó muy en claro que los cambios no estarían fundamentados al azar, ni mucho menos por dedazo o compadrazgo, sino más bien a cuenta de resultados y efectividad de la comisión asignada, por lo que debe explicar porqué permitió que Luis Héctor Burruel Camou, quien todavía cobra como jefe del Departamento de Tránsito, pusiera como titular de la Dirección de Autotransporte Municipal a su compadre Jaime Everardo Piri, considerada como la caja chica del regordete funcionario.
Si eso no es compadrazgo y amiguismo, Arce Fierro debe explicar entonces que de que se trata.
Arce Fierro ha dicho que busca no crear la permanencia en los puestos asignados, lo que puede crear vicios o malas mañas que hagan que se tengan compromisos con alguien en especial, pero tiene como jefe de la Central 22 al suboficial Francisco Javier Galaviz Arredondo, quien ya va por su segunda velita como mandamás preventivo en la comunidad de San Pedro, refugio de narcotraficantes.
El grandulón no ha tenido empacho en reconocer que trajo a sus amigos para colocarlo en puestos de mando, tal como ha ocurrido en las centrales de la Costa de Hermosillo, área conocida como ruta de trasiego de todo tipo de drogas que es desembarcada en las inmediaciones de Bahía de Kino y otras playas.
Todo parece indicar que los cambios tienen como objetivo que la registradora timbre más seguido.
